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miércoles, 14 de septiembre de 2011

ENSEÑANDO A JUGAR A LOS TAITANTOS

Esta semana tuve la suerte de coincidir con una señora muy amable e interesante.


Ha sido ama de casa toda su vida y después de haber cuidado de su familia durante más de tres décadas, decidió aprender un poco más sobre la faceta lúdica y médica que conlleva el sexo.


Es alta, rubia y tiene 53 años. Se hace llamar "asesora" dentro de una línea que presenta cosmética, lencería y juguetes sexuales… Se ha convertido en la voz de la experiencia para cada vez más grupos de mujeres.


Dice que todavía existen muchos tabúes entre familias y grupos de amigos/as a la hora de hablar de este tema. Me cuenta que debería , a estas alturas, ser algo de lo más natural y apunta una anécdota: "Un día tuve que presentarme en una reunión en la que había desde una chica de quince años hasta una mujer de 92, fue algo fantástico. La mujer de 92 años fue la que más participó, dando lecciones a todas las demás y probando casi todo lo que allí había" "Hoy en día las madres deberían aleccionar en esto a sus hijas adolescentes pudiendo facilitarles alguno de estos productos…las hormonas a esa edad están por el aire y una buena salud sexual implica que no haya traumas físicos ni psicológicos y que además la mujer sea la que elija al hombre".


Pues sí que es cierto que gente como esta ha ido cambiando muchos de los antiguos estereotipos que la gente tiene marcados. Incluso los centros de planificación familiar la llaman para dar alguna charla o demostración…"Una vez me llamaron para dar una charla sobre el uso terapéutico que tienen las bolas chinas, ya que ellos las recomiendan durante el embarazo, después del parto y con la menopausia"…


Pero no todo es serio en este campo… ya que el sexo es un juego, algo que todos sabemos… Ella presenta muchos productos que logran arrancar primero alguna que otra risilla, y después otro tipo de emociones. Enseña a jugar con el sentido del gusto y el tacto, ofreciendo novedades de las que posiblemente no hayas oído hablar en tu vida…

Dice que cuando le dieron los productos por primera vez, le tuvo que decir a su marido que tenían que probarlos todos para saber cómo vender… hace una pausa y me dice… "Y no se asustó".

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